Hay un tema recurrente que se debate actualmente en el foro de URE, y que ha traspasado ya los límites de su alojamiento electrónico, saltando (como no podía ser de otra manera), a las redes sociales, abriéndose debates más o menos encendidos en Facebook, Twitter y otras redes como WhatsApp y Telegram.
Se habla sobre las prácticas de los Radio Clubs que se endosan las referencias para la obtención de los diferentes diplomas compitiendo de forma desleal al emitir desde el domicilio de uno de sus socios, a pesar de que la estación colectiva posee sus propias instalaciones.
No se trata de la utilización del indicativo de un Radio Club desde distintos lugares simultáneamente y de forma colectiva en una competición dada o desde una ubicación “Portable”… hablamos de una persona (socio de un club que cuenta con isntalación de estación de radio), que opera en solitario desde su casa utilizando el indicativo colectivo para endosar a dicho indicativo todas las referencias que están en el aire a diario, con la típica y famosa coletilla que a todos nos resulta familiar;
“…y para el Radio Club” u otra que suena aún peor… “…y para la mochila”
Lo correcto cuando se transmite desde un Radio Club (lo que se conoce a nivel mundial como “Club Station”), es llamar con el indicativo colectivo, y a continuación (si se desea que la estación contactada incluya al operador de la misma a título individual), utilizar el propio que le acredita como Radioaficionado de forma personal e intransferible.
Por el contrario cuando alguien llama con su indicativo individual y a continuación solicita la inclusión de su Radio Club al LOG, está admitiendo de forma implícita que no se encuentra en la sede ni desde luego transmitiendo desde las antenas de la estación colectiva, si no que lo está haciendo de forma individual desde su propio domicilio, lo cual choca de frente con lo que se define como «estación de Radio Club«, y en todo caso se verá expuesto a que la estación que está otorgando la referencia que intenta endosarse de este modo, le pregunte en el aire si transmite utilizando la estación colectiva.
Preguntar en frecuencia es un modo de comprobar la validez de un comunicado (si nos ha escuchado, por ejemplo), y es una práctica encaminada a dar a nuestra Afición la importancia que tiene y a contribuir al prestigio de una competición dada, en el caso de preguntar a quién dice transmitir desde la sede de su Radio Club, obliga al operador que nos llama a ser sincero, pues de lo contario se arriesga a quedar en evidencia ante quienes escuchan la frecuencia en ese momento, no se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo.
Sin embargo la trampa va siempre un paso por delante, hay quién obra mal y lo sabe y la nueva «moda» utilizada para enmascarar su acción y burlar al operador que ha recorrido varios kilómetros y empleado su tiempo y esfuerzo en ofrecer la actividad, es tratar de que no se note, llamando solo con el indicativo del Club sin utilizar la coletilla famosa, pero habiendo apareciendo con el suyo propio unos minutos antes o haciéndolo minutos después, con la finalidad de que no se apunten en el log sendos indicativos seguidos y evitar que el operador de la actividad le interrogue y no tener que ofrecer una respuesta comprometida.
Esto me ha ocurrido personalmente hace pocas fechas mientras operaba una estación especial…, apareció en frecuencia el indicativo de un Radio Club muy conocido que posee una sede muy bien equipada, le di el reporte de señal y lo añadí al LOG, para a continuación ofrecer la cortesía de que el indicativo del operador apareciera también en el listado y pudiera endosarse la referencia de forma particular, sin embargo este operador rechazó la oferta con un tono divertido y me dijo que no hacía falta, que él ya estaba en el LOG, porque me llamó dos minutos antes.
Esto solo puede significar dos cosas, o que es una triquiñuela destinada a conseguir un diploma para su Club sin ni siquiera encender el equipo de la estación colectiva y sin verse asaltado por una posible pregunta, o este operador es más rápido que el propio Usain Bolt y llegó de un salto desde su casa a la estación del Club.
Otro pensamiento que sobreviene a continuación, es darse cuenta de que esa forma de actuar (que demuestra por sí sola que es una treta), consigue que su club vaya añadiendo endosos de manera engañosa en muchas otras actividades valederas para distintos diplomas.
Hasta el momento solo un diploma (el Diploma de Ermitas de España), recoge entre sus normas para participantes la preocupación por esta dañina “moda” que se ampara en un vacío legal; el carácter opcional que el Reglamento de uso del dominio público radioeléctrico por radioaficionados atribuye a la forma “portable” de operación a la hora de indicarlo por parte del Aficionado.
Frente a esta insana costumbre, vicio, moda (o como quiera llamarse), está el hecho de que un comunicado realizado en nombre de una estación colectiva que cuenta con instalaciones, desde el domicilio particular de uno de sus socios a título individual no es válido, desde el momento en que nuestro propio Reglamento distingue entre estaciones colectivas e individuales, por mucho que no estemos obligados a indicar el carcter «portable» de una actividad.
Para definir mi posición frente a aquellos cuyos únicos argumentos son la laxitud del Reglamento actual y acusar de actitudes inquisidoras, torticeras y totalitarias a quienes defendemos la deportividad y la ética en las competiciones que se celebran en nuestro mundo radiofónico, cabe indicar que una norma pensada en general para hacer la vida más fácil al Aficionado, siempre dejará abierta la puerta a interpretaciones aprovechadas y a la utilización fuera de toda ética de cualquier resquicio legal que sirva para justificar acciones como la que se debate; que un club con instalación y sede propias, compita en condiciones ventajosas desde el domicilio de uno de sus socios.
La deportividad en nuestras competiciones es fundamental e incluye conceptos tan nobles como el respeto al adversario y el propio espíritu de la Radioafición.
Este mismo espíritu del Radioaficionado es el que nos obliga a ser sinceros y competir con la verdad como bandera, y a la vez nos conmina a luchar contra la trampa y el engaño, para que ese mismo espíritu no pierda ni un ápice de su brillo, más bien al contrario… para que sea cada vez más grande y noble.
La deportividad en una competición de radio va más allá del puro cumplimiento de las reglas, y se extiende al respeto, la caballerosidad y la consideración del adversario, todo ello sin que tengamos que llegar al extremo de regalar un éxito que si no se consigue por méritos propios, no significa nada.
Quienes toman parte en una competición de radio (ya sea un concurso, o un diploma como en este caso), se comprometen a aceptar las normas (si dicen por ejemplo que hay que añadir «/P» al indicativo, hay que hacerlo sí o sí, aunque el Reglamento no nos obligue a ello en nuestras actividades), y al mismo tiempo les obliga a actuar contra la trampa, la manipulación y la adulteración de cualquier índole, todo ello para velar por el prestigio y la salud de la propia competición y de los valores antes comentados.
Para mantener una Radioafición deportiva (en la que hay premios y permiados), es imprescindible adoptar una actitud ética comprometida, vigilar el cumplimiento de las normas establecidas e indicar y adoptar aquellas mejoras que estas normas puedan incluir para que todo avance y la propia competición entre radioaficionados tenga sentido (esto es lo que han hecho los responsables del Diploma de Ermitas de España, por ejemplo).
Los beneficios de esta vigilancia en el cumplimiento de las citadas normas y en el cumplimiento del propio comportamiento ético son el sentido mismo que subyace en el «espíritu del radioaficionado» del que todos nos sentimos orgullosos.
Por descontado que la observancia de dichos valores éticos no marginan a nadie ni son impuestos por persona alguna, si no por la propia aceptación de las normas que establece la competición. Nadie obliga a nadie a participar en un diploma (el caso que comentamos), pero participar obliga de hecho a cumplir con las normas escritas y a tener un comportamiento sincero y sobre todo ético.
Solo quienes ganan una competición de forma ética y deportiva son los verdaderos ganadores, aquellos que consiguen un trofeo aprovechando las circunstancias para su propio beneficio en realidad nunca han ganado nada, al contrario, han engañado al resto y contribuido con su acción a desvirtuar y ensombrecer la propia competición y la esencia de la Radioafición.
Por eso debemos cuidar de nuestros propios intereses, ensalzar los aspectos positivos que tiene nuestra Afición y cuidarlos a toda costa por la importancia que tienen a la hora de entender la razón de ser de la propia Radioafición, y de mostrarla a los que nos observan desde fuera (sobre todo a los jóvenes que se acercan a nuestra disciplina), pues son ellos un importante relevo, y también a los recién llegados, pues son quienes tienen todo el potencial para hacer que la Radioafición sea cada vez más grande.
Miguel Ángel, EC1DJ.
FUENTES:
http://www.ure.es/foro/3-diplomas/226975-indicativos-de-radio-clubs.html?limitstart=0
https://ec1dj.wordpress.com/2015/05/14/el-valor-de-un-diploma/
https://ec1dj.wordpress.com/2015/06/16/regreso-al-futuro/
https://ec1dj.wordpress.com/2015/10/12/s-o-t-a/
https://ec1dj.wordpress.com/2015/12/10/la-banda-de-40-metros-en-espana/