Si pudiésemos viajar al futuro para comprobar cómo nos irá dentro de unos años, lejos de volver con un bote de lejía bajo el brazo, seguro que regresaríamos con la decidida intención de retomar el rumbo equivocado que pudiéramos llevar hoy.
Evidentemente encontraríamos muchas cosas importantes y vitales que corregir, pero vamos a suponer que no, que todo está bien, excepto el futuro de la Radioafición en España.
En ese caso solo deberíamos preocuparnos en no equivocarnos a la hora de introducir la fecha, para no viajar hacia atrás y acabar matando a nuestro abuelo en el pasado. Ya saben que esa paradoja temporal haría imposible regresar al presente, pues si matamos al abuelo, no existiríamos hoy, y por lo tanto no podríamos viajar al pasado… ¡buf! ¡mucho lío!, mejor no equivocarse con las fechas.
Además, los abuelos acaban desapareciendo por sí solos de forma natural, y entonces solo quedará de ellos su recuerdo dormitando en el viejo sofá de casa que nos dejó como herencia, y las fotos de sus viajes en furgoneta cuando era más jóvenes.
Digo esto, porque estoy convencido de que esta querida Afición nuestra está empezando a dar señales de aviso de su propia decadencia. Es cierto que hoy, aunque la cifra de licencias ha caído con respecto a las cifras de años atrás, estamos en buena forma y tenemos material humano suficiente no solo para evitar un fatal desenlace dentro de unos años (10 ó 15), si no que si se aúnan esfuerzos, la Radioafición podría fácilmente convertirse en lo que nunca debería haber dejado de ser, un hobby alternativo fuerte y atractivo.
Las actividades que salpican a diario, y especialmente los fines de semana nuestras bandas (además de la actividad individual de cada uno), son sin duda la forma más saludable de mantener la Afición viva.
Desde luego que estas actividades no lo son todo, si no que son el complemento de otras inherentes a la Radioafición que orbitan a su alrededor; experimentaciones con antenas, micrófonos, filtros, amplificadores, informática aplicada… en definitiva todo aquello que gira en torno a nuestro hobby, y que después ponemos en práctica cada vez que salimos al aire en nuestras actividades.
Una de estas actividades son los Diplomas otorgados a aquellas estaciones colectivas o individuales que demuestran una serie de comunicados realizados con infinidad de objetivos, objetivos centralizados y focalizados en construcciones monumentales, hitos geográficos, celebraciones culturales etc, en las que es necesario desplazarse hasta el «kilómetro cero» del emplazamiento que representa una referencia dada que se precisa enlazar vía radio para optar al Diploma correspondiente.
Este documento representará entonces, colgado en nuestro Cuarto de Radio, un motivo de orgullo, ya que lo que dice es; que la antena que hemos colocado con nuestras propias manos, el ordenador que hemos configurado a base de peleas con el software, el micrófono perfectamente ecualizado, o en definitiva, todos y cada uno de los elementos que componen nuestra Estación de Radio y hasta el propio Operador, han hecho un trabajo que les unge de excelencia y merecimiento, y como tal se reconoce.
Personalmente, no me preocupa tener más o menos Diplomas colgados en la pared, tengo el que me expidió la SETSI cuando aprobé el examen, el del 60 Aniversario de URE (muy bonito) y uno de ASORAPA al que profeso mucho cariño… si bien es cierto que guardados en cajones (y en PDF en el ordenador, como el que ilustra estas líneas) tengo algunos más que me llegaron sin solicitarlos, y no están a la vista.
Soy de los que opinan que la Radioafición si necesita de algo, es de la constancia y la perseverancia de cada uno, persiguiendo ser mejor operador cada día que pasa… y eso no necesita ser estampado en un trozo de papel sellado para demostrarse, se demuestra haciendo radio y haciéndola lo mejor posible.
El combustible que me mueve en este mundo de la Radioafición, es la colaboración y la coherencia; la colaboración es imprescindible en un hábitat social como el que representa esta gran Afición.
La coherencia con lo que se piensa y se expresa es imprescindible para no ser un hipócrita.
Antes, cuando ocupaba la Vocalía de Promoción y Difusión de la Radioafición dentro de URE, tenía que morderme la lengua muchas veces, y es algo que no va conmigo. Después de renunciar a la vocalía, nada me impidió llamar a las cosas por su nombre y poner a algunos en su sitio.
Me gusta hablar claro evitando las descalificaciones personales, siendo siempre educado, y buscando el diálogo, pero sabiendo también ser duro cuando se necesita serlo.
Esto me ha liberado, y me sirve para desde una posición libre y distante, hablar abiertamente sobre los males que se ciernen sobre este hobby. Males que como si de un efecto invernadero se tratara, van socavando y erosionando poco a poco la Afición desde sus entrañas.
No hace mucho, en otras cosas comenté AQUÍ el tema de «las mochilas» en los diplomas, y también AQUÍ sobre el uso de la frecuencia de 7110 MHz, ocupada por un grupo como si fuese de su propiedad, arrogándose el derecho a transmitir todo el día y justificándose diciendo que «de esa forma» (transmitiendo) ellos podrían atender una supuesta llamada de auxilio, cuando resulta muy difícil en la práctica ser atendido. (En ESTE vídeo yo mismo estuve unos 20 minutos esperando para entrar).
Por otra parte no se cómo podrían atender una llamada de socorro de forma efectiva, cuando la gran mayoría de los que allí se reúnen, no solo desconocen otros idiomas, si no que acaban expulsando expeditivamente y con malos modos a otros colegas extranjeros que se encuentran en ella sin entender siquiera lo que dicen.
Estas son prácticas que no debemos permitir de ninguna manera, pues lanzan un mensaje erróneo sobre lo que es la Radioafición a cualquiera que se acerque desde fuera.
La Radioafición debe practicarse desde la seriedad. Algunos colegas me dicen que ser serio no es divertido, sin embargo se confunden… lo contrario de «divertido» es «aburrido«, no «serio«.
He de decir también que recibo correos de apoyo otorgando razón a mis palabras, pero pienso que esta no es una tarea de una sola persona, si no que todos debemos mirar por la buena salud de esta Afición, y que aunque hay quién piensa que soy un Quijote, lo que hago lo hago convencido de que la Radioafición no puede ni debe convertirse en una pantomima.
Sinceramente, tenemos dos problemas serios que acabarán pasándonos factura en los próximos años;
La falta de gente nueva, y la poca seriedad que transmitimos.
No podemos pretender atraer nuevos operadores, si desde fuera se nos ve como una afición «chorra» llena de «frikis chorras» y maleducados, cuando deberíamos ser una Afición técnica, comprometida y educada, compuesta por Aficionados experimentadores, expedicionarios serios y con una competitividad sana destinada a ser cada día mejores operadores, antes que parecer una panda de amiguetes sin modales, egoístas y simples usuarios de un «cacharro» para hablar de tonterías.
El futuro está en nuestras manos.
73.